Con el ritmo de vida tan ajetreado que llevamos hoy en día, muchas veces nos resulta complicado encontrar tiempo para hacernos las revisiones médicas necesarias para comprobar nuestro estado de salud, por lo que muchas veces acabamos descuidando este aspecto hasta que aparece algo urgente.
¿Sabías que los médicos recomiendan realizarse un chequeo ginecológico al menos una vez al año para detectar posibles enfermedades y anomalías? De esta forma, pueden diagnosticarse y tratarse a tiempo, lo que mejora considerablemente el pronóstico a largo plazo. De hecho, un diagnóstico precoz en muchos casos puede marcar la diferencia.
Con lo cual, no debemos esperar a notar síntomas para acudir al ginecólogo, sino que debemos acostumbrarnos a programar chequeos regulares para asegurarnos de que todo está bien. Especialmente si tienes factores de riesgo o antecedentes familiares de ciertas enfermedades.
Tipos de chequeos ginecológicos más importantes
La revisión ginecológica anual tiene como principal objetivo prevenir y detectar anomalías relacionadas con el sistema reproductivo femenino, como el cáncer de mama o las enfermedades venéreas. Algunos de los análisis que se realizan en este sentido, son los siguientes:
- Mamografía: consiste en realizar una radiografía del pecho para detectar el desarrollo de un posible cáncer de mama.
- Examen pélvico: es una prueba en la que se palpan los órganos femeninos para verificar si el tamaño y la forma son normales.
- Papanicolau (PAP): se trata de una prueba dirigida a detectar lesiones precursoras del cáncer de cuello uterino mediante la extracción de células de la zona. Pero también infecciones vaginales.
¿En qué otros momentos hay que hacer una visita al ginecólogo?
El primer chequeo ginecológico debería hacerse entre los 13 y los 15 años, sin importar si se ha tenido vida sexual activa o no.
1. Al iniciar una vida sexual activa
Este tipo de revisiones van encaminadas a verificar si todo funciona correctamente, para lo que se realiza una citología ginecológica. Un análisis muy sencillo que consiste en extraer células del cuello uterino para asegurarnos de que no hay células malignas o algún tipo de infección.
2. Dolores menstruales
La menstruación puede producir dolores abdominales. Pequeñas contracciones que pueden llegar a resultar muy molestas cuando el dolor se vuelve intenso. En estos casos, lo más recomendable es visitar al ginecólogo para aliviar el dolor y descartar que exista un problema de endometriosis.
3. Bultos en el pecho o en los labios vaginales
El diagnóstico precoz de los bultos en el pecho puede salvarte la vida. Si notas pequeñas irregularidades o “bolitas” en el pecho. Y lo mismo sucede con los bultos en los labios vaginales, que podrían deberse a una infección por ETS, un absceso o un tumor. En estos casos, debes acudir al ginecólogo cuanto antes para hacerte las pruebas correspondientes.
4. Molestias al orinar
Si notas picor al orinar, tienes la sensación de querer orinar mucho o el color del pis es muy turbio, puede que tengas alguna infección. En estos casos, es fundamental acudir al ginecólogo lo antes posible para saber si se ha contraído una infección por bacterias u hongos, y evitar que se siga expandiendo.
5. Planificación familiar
Si estás pensando en formar una familia, también es conveniente acudir al ginecólogo para saber si tienes algún problema que pueda suponer un impedimento para ello, consultarle sobre consejos de fertilidad y saber cuáles son tus días con más probabilidades de quedar embarazada.
6. Sangrado irregular
Si tienes un sangrado fuera de los días de la regla o después de haber mantenido relaciones sexuales, también es aconsejable que acudas a un especialista.
7. Picor o mal olor
Si te viene un mal olor constante desde los genitales y mantienes unos hábitos de higiene adecuados, no es buena señal, sobre todo si el olor es penetrante, fuerte y fuera de lo habitual. Con lo cual, también deberías ir a hacer un chequeo ginecológico.