Las infecciones relacionadas con el desequilibrio de la flora vaginal suelen ser de las más habituales. De hecho, según datos de la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia, el 75% de las mujeres experimentan al menos una crisis de candidiasis vulvovaginal a lo largo de su vida.
Hay diversos motivos para ello. Desde el uso de anticonceptivos al consumo de antibióticos a los cambios hormonales. Desde cambios hormonales a una higiene íntima inadecuada o excesiva, pasando por el uso de anticonceptivos, tener relaciones sexuales sin protección o el consumo de antibióticos.
¿Qué es la flora vaginal?
La microbiota vaginal, conocida también como flora vaginal, está formada por millones de microorganismos de diferentes especies que viven de forma natural en la vagina de la mujer y que protegen el aparato reproductor femenino de posibles infecciones.
Los más habituales son los Lactobacillus (96%), que necesitan crecer rápidamente y compiten con otros microorganismos potencialmente malignos. Se ocupan de mantener el equilibrio vaginal, de cuidar el pH vaginal con un nivel de acidez concreto y de proteger la zona de la mucosa, de tal manera que actúe como un escudo ante el ataque de los microorganismos patógenos, evitando de esta forma la aparición de infecciones vaginosas y de vaginitis.
¿Qué pasa si la flora vaginal pierde su equilibrio?
En el caso de que se produzca un desequilibrio de la flora vaginal, los microorganismos potencialmente patógenos aumentan, la salud íntima se altera y pueden aparecer infecciones.
Si notas molestias en tu zona íntima, puede que tu flora vaginal se haya visto alterada. Cuando se trata de una infección causada por hongos, hablamos de candidiasis, mientras que si se trata de una infección por bacterias, se trata de una vaginosis bacteriana. En los dos casos se suelen sentir molestias como picor o escozor vaginal, y nuestra calidad de vida puede verse afectada en cuestiones de higiene, salud y comodidad.
- Vaginosis bacteriana: se trata de una afección que desestabiliza la flora bacteriana en la zona vaginal, provocando la aparición masiva de las bacterias perjudiciales para el organismo, lo que provoca un desequilibrio en el flujo, mal olor, dolor al orinar e inflamación.
- Infección vaginal: es el problema más habitual, afectando a millones de mujeres en todo el mundo. Los síntomas más habituales son la hipersensibilidad, los dolores de vagina, la sensación de quemazón, la disfunción del flujo y el enrojecimiento.
- Candidiasis: se trata de una enfermedad que puede ocasionar un desequilibrio de la flora bacteriana, perjudicando la zona vaginal. Esta alteración se produce debido a los hongos Candida, que afectan directamente a la mucosa, dando lugar a molestias como picazón, dolor y flujo vaginal espesos y con mal olor.
- Infección fúngica: se trata de una infección producida por hongos, lo que puede conllevar problemas de salud. Puede alterar el aspecto de la piel y generar picazón, secreción anormal y olor fuerte, por ejemplo.
¿Cómo proteger la flora vaginal?
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades suficientes, aportan un beneficio saludable. Administrados de forma adecuada, se adhieren a la mucosa vaginal y reestablecen la flora íntima de manera natural. De esta forma, controlamos la población de bacterias de la flora vaginal y prevenimos una excesiva proliferación de bacterias y hongos que pueden ocasionar infecciones vaginales.
Pero también hay pequeños gestos que pueden ayudar a equilibrar la flora vaginal, a mantenerla y protegerla:
- Evita la ropa interior de fibra sintética y muy ajustada. Es recomendable usar ropa de algodón, especialmente aquellas prendas que vayan a estar en contacto directo con los genitales.
- Limpiar la zona del ano correctamente después de defecar. Es esencial que, a la hora de limpiarnos, lo hagamos siempre de delante hacia atrás para evitar que las bacterias fecales del ano puedan llegar hasta la vagina y causar una infección.
- Usar productos específicos para la zona íntima. Siempre es conveniente contar con un gel de ácido láctico que permita regular de forma inmediata el pH vaginal y restablecer la flora. Especialmente recomendable cuando existen infecciones vaginales o después de la regla.
- No hacer lavados vaginales. Esto provoca la destrucción de la flora vaginal, que es fundamental para evitar el equilibrio de la zona.
- Llevar una dieta sana y equilibrada, evitando el exceso de productos procesados y azúcares.