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Cómo la meditación y el yoga pueden ayudarte a conectar con tu cuerpo

meditacion y yoga

El yoga es una disciplina cuyo origen se remonta al hinduismo y que busca la conexión entre el cuerpo y la mente, favoreciendo el equilibrio entre ambos para proporcionar una sensación de bienestar integral. Y, aunque muchas personas creen que sus beneficios únicamente están enfocados al culto de la espiritualidad y a liberar el estrés, lo cierto es que se trata de una disciplina con mucho más por ofrecer.

Lo que persigue principalmente es conectar nuestro cuerpo físico con nuestro cuerpo más sutil, ese que entiende la mente, el intelecto y las emociones, lo intangible. Y es que muchas veces nuestro cuerpo se encuentra en una desconexión tan profunda que no es consciente de la actividad que estamos realizando. Puede que estemos dando un paseo por el bosque, pero en lo que estamos pensando es en lo que tenemos que hacer el lunes en la oficina.

Entrenando tu mente a volver a conectarse con su sensibilidad, podemos despertar la capacidad de estar presente en las sensaciones del cuerpo, activando mejor nuestros sentidos, sobre todo el olfato, el tacto y el oído. Empezar a reconocer y a sentir presente nuestro cuerpo físico nos ayuda a crear el hábito de hacerlo hasta ir más allá de nuestro cuerpo físico, hasta nuestros pensamientos. Es precisamente esa capacidad de ir hacia adentro la que nos despierta para ir hacia afuera con mayor asertividad.

¿Cuáles son los beneficios de conectar con tu cuerpo?

El yoga ayuda a mantener nuestra mente en equilibrio a través de los movimientos y posturas corporales. Tener la mente en paz es esencial para nuestra salud, por lo que la práctica del yoga es muy recomendable dentro de cualquier tipo de terapia. Incluso hay algunas posturas que pueden ayudarnos a mejorar la ansiedad y la depresión. 

Si conseguimos coordinar la respiración con los movimientos de nuestro cuerpo, nuestra mente se detendrá en el presente y no habrá espacio para las preocupaciones o los pensamientos negativos.

1. Mejora la salud física

Conectar con nuestro lado espiritual, también ayuda a mejorar la salud física. Numerosos estudios han puesto de manifiesto que aquellas personas que practican la espiritualidad tienen menos probabilidades de sufrir enfermedades crónicas como la diabetes, la cardiopatía o el asma.

2. Mejora la salud mental

Uno de los mayores beneficios de conectar con tu yo interior es que ayuda a mejorar nuestra salud mental. Diversos estudios han demostrado que estar en contacto con nuestro lado espiritual, ayuda a incrementar la calidad del sueño, a reducid el estrés y los sentimientos de ansiedad y depresión.

3. Equilibrar tu vida

La espiritualidad nos enseña que existen muchas cosas que son temporales y lo importante que es disfrutar del equilibrio en nuestras vidas. Conectar con nuestro cuerpo, puede ayudarnos a encontrar ese equilibrio y ver las cosas desde otro punto de vista.

4. Ayuda a vivir el presente

Tener constantemente la mente puesta en el pasado o anticiparse al futuro puede crear luchas internas, lo que suele ser bastante habitual. Muchas veces puede resultar complicado conectar con el presente y vivir el momento sin sentirse perturbado. El yoga puede ayudarnos a gestionar las tensiones y a evitar que vayan a más.

5. Proporciona tranquilidad y consuelo

Conectar con nuestro cuerpo puede ayudarnos a conseguir sensación de paz y serenidad. Incluso en los momentos más complicados, podemos encontrar calma y consuelo, así como superar nuestros retos con confianza.

6. Ayuda a reducir el estrés

Estar en contacto con nuestro yo interior puede ser la clave para reducir el estrés. Investigaciones recientes han demostrado que aquellas personas que se encuentran en sintonía espiritual, suelen tener niveles más bajos de angustia psicológica, lo que puede reducir considerablemente los niveles de estrés.

7. Enseña a conocer, respetar y cuidar el cuerpo

Al tratarse de una disciplina que tiene por objetivo fomentar el bienestar desde un enfoque holístico, el yoga permite a cada persona conocer su cuerpo y, en base a ello, entenderlo mejor, aprender a respetarlo y cuidarlo correctamente, tanto en la práctica como en todas las actividades que realicemos en nuestra vida cotidiana, manteniendo un buen control de nuestro cuerpo, de la respiración y de la mente.

Además, podemos ir aprendiendo que no debemos exigirle al cuerpo, sino prestar atención a sus ritmos y ayudarlos a avanzar en base a ellos. De lo contrario, podemos terminar haciéndonos daño.